volver a los pasillos facultativos luego del receso de invierno es...casi tan alentador como correr detrás de un 51 a toda marcha cuando el rojo ya no es favorable a uno.
Lo mismo. El pasillo zurdo que nunca llega, los que se ataron al sillón con los volantes nuevos y toda la infraestructura a su disponibilidad, los K que crecen (¿crecen o...estuvieron siempre entre nosotros...como en V, invasión extraterrestre?).
Los mismos idiotas con las pupilas atadas a las pantallitas de color, las mismas imbéciles que llevan las botitas nuevas a las aulas para que cumplan su sagrada procesión: de casa, al 165, al buffet de la fa-kiu, y de vuelta a casa...oh! emocionante!
y los mismos apuntes que nunca están, aunque siempre sean los mismos, pero nunca están.
Los profesores titulares agregando un capítulo más: "cómo me gusta leer boludeces en clase, análisis de mis pedorros teóricos". Todo para vender diez mangos más.
y las fechas, y los malditos grupos con gente quenomebanco, y el careteo, y el pelotudeo de los asientos contiguos y bla bla
volver a clases rara vez es respirar, pero voy a seguir los consejos de un amigo.
ufff.
Monday, August 28, 2006
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